El de organizaciones líquidas no es un concepto nuevo pero ha cobrado relevancia con la pandemia. Y es que precisamente se caracterizan por su flexibilidad y capacidad de adaptación a entornos cambiantes: tanto por supervivencia como por la búsqueda de crecimiento. Lo explicaba Belén Espejo, jefe de Desarrollo de negocio de voz, digital workplace y colaboración en Telefónica Empresas, en el evento “Digitalización y sostenibilidad”, que esta compañía celebraba junto a SAP recientemente. Y qué mejor ejemplo en las circunstancias actuales que un “hospital líquido”, como el Hospital Centro de Andalucía de Lucena.
María Salinero, directora económica y de profesionales de Amaveca Salud, expuso el caso de este complejo hospitalario cordobés. Inicialmente se concibió como un centro sociosanitario pero, debido a la pandemia, cambió de propósito sobre la marcha. Se hizo una reconversión rápida y ágil para diseñarlo desde cero en un tiempo récord escuchando las necesidades de la sociedad. Con ayuda de la última tecnología interconectada se ha convertido en un centro de referencia, preparado no solo para el presente, sino también para todo lo que pueda venir en el futuro.
Hospital Centro de Andalucía de Lucena facilita la labor de los profesionales
Este "hospital líquido" facilita el trabajo de los profesionales, el recurso más valioso de nuestro sistema de salud, como ha puesto de manifiesto el COVID-19. También la experiencia de paciente. La tecnología ya no es cosa del edificio -como señaló Belén-, sino que rodea y envuelve a las personas.
Acceso a la analítica de los pacientes o consulta de pruebas diagnósticas en tiempo real por parte de los profesionales, de manera integrada en el sistema de gestión y desde cualquier lugar a través de la pantalla de un dispositivo móvil, son algunas de sus posibilidades. O la comunicación de pacientes con familiares a través de Teams desde la cama.
La importancia de los partners
“Hacerlo de manera diferencial implica las mejores comunicaciones y todo un ecosistema de soluciones digitales interconectadas (herramientas de gestión de personas, de colaboración, dispositivos, analítica de datos para monitorizar lo que está pasando…). Y todo ello, con una gestión extremo a extremo, no como un puzle”, explicaba la responsable de Telefónica Empresas.
Se trata, en definitiva, de que la tecnología facilite la tarea al profesional y revierta en una mayor eficiencia y mejor cuidado del paciente, en este caso.
El reto de Telefónica Empresas y SAP fue demostrar que era posible adaptar todo eso al sector sanitario. Han puesto las capacidades tecnológicas, el acompañamiento para que la implantación y la adaptación sea un éxito y la experiencia interna de su propia transformación.
Digitalización y “humanización”: las dos caras de las nuevas compañías
Con el tsunami del COVID-19 ha sido más urgente que nunca para las compañías apostar por la digitalización para ser ágiles, flexibles, eficientes, conectar procesos y personas y maximizar la colaboración desde cualquier lugar. A la vez, han tenido que “humanizarse” y convertir al empleado en el verdadero protagonista: escucharlo, poner en práctica una comunicación empática, cuidar de su salud y bienestar, trabajar para mejorar su experiencia, proteger el talento, favorecer el aprendizaje continuo y el desarrollo profesional.
Experiencias fluidas y unificadas en toda la organización
Cristina Ricaurte, director Spain Solutions & Innovation en SAP, insistió en el encuentro en que las organizaciones líquidas necesitan experiencias fluidas y unificadas en todos los departamentos. Toca rediseñar y adaptar la experiencia de empleado y, junto al cambio cultural, la tecnología es el habilitador clave de esa transformación. Es además una herramienta para atraer y retener talento. Habló de experiencias diseñadas para conectar (y desconectar) mejor y de hiperpersonalización (con machine learning). También de la importancia del look & feel, de que cada organización pueda adaptar eso a su cultura y su marca, como veíamos en el caso del hospital cordobés o como ocurre con las soluciones de SAP en la propia Telefónica.
Un cambio cultural y de procesos
Belén Espejo añadió que es esencial que la gestión del cambio sea una constante, algo para toda la vida, que las organizaciones deben llevar en su ADN, no puede tener una fecha de principio y fin. Requiere la involucración de toda la compañía, es clave el compromiso desde arriba y exige nuevas actitudes. La tecnología es esencial pero no lo único ni lo más importante. Las TIC son insuficientes sin un cambio cultural y de procesos, como explicaba en un post anterior sobe organizaciones sanitarias líquidas.
La responsable de SAP coincidió en que son las personas el motor del cambio y deben estar en el centro de cualquier estrategia de transformación.
Hay que acompañarlas con formación y empatizar con sus necesidades. El gran reto para hacer efectivas todas las ventajas de las organizaciones líquidas es una nueva cultura corporativa.
Imagen: Kostya Kartavenka

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