Una ciudad inteligente encierra un complejo entramado de actores, plataformas, procesos y servicios. Sobre todo ello se hablará del 16 al 20 de septiembre en la III ITU Green Standards Week (GSW), que tendrá lugar en Distrito Telefónica en Madrid. Una magnífica ocasión para escuchar de primera mano los beneficios y retos que conlleva este nuevo tipo de ciudad.
En la actualidad, ya son muchas las ciudades que apuestan por convertirse en una smart city: Málaga, Santander, Manchester, Malta, Niza, Ámsterdam, Boston, San Francisco… Todas ellas tratan de aprovechar las ventajas de las TIC para ser más eficientes: con soluciones de smart building (edificios inteligentes) pueden ahorrarse hasta un 30 por ciento en la factura de electricidad, hasta un 50 por ciento con smart lighting (alumbrado público inteligente), y entre un 30 y un 50 por ciento con sistemas de riego inteligente para parques y jardines.
Ahora bien, ¿qué hay detrás de estos nuevos servicios? Es tal la revolución que supone que bien merecen un paseo por el backstage. En él encontramos (o deberíamos encontrar) todo un ecosistema con diferentes actores y elementos con un papel esencial, conectados entre sí, para crear el engranaje TIC que optimiza los servicios urbanos actuales y hace posibles nuevos negocios. En este ecosistema se incluyen soluciones de movilidad, energía y medio ambiente, gobierno, economía local y calidad de vida. Se trata, no obstante, de un entorno abierto que requiere de un trabajo coordinado y una visión clara, tanto desde el ayuntamiento como líder de provisión de servicios a los ciudadanos como por parte de las empresas de tecnología que pueden desarrollarlos.
El elemento clave es una plataforma tecnológica que integra todas las soluciones y facilita la gestión. En el backstage de un desfile de moda sería un poco como el diseñador. Ya son varias las empresas TIC que las están desarrollando y poseen pilotos implementados -Telefónica cuenta con una plataforma para mejorar los servicios de las ciudades y trabaja para definir el futuro de las redes – y, sin duda, en pocos años su uso se impondrá.
Junto a la plataforma, en un futuro también veremos unos estándares, como si dijéramos unas pautas para que las tallas de todas las firmas sean homogéneas. En fin, algo esencial para no volvernos locos pero algo complicado de conseguir. En el caso de las soluciones TIC para smart cities, están trabajando en ello entidades como la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones) y sus miembros.
Y, cómo no, ahí están los fabricantes: empresas como Ericsson, Nokia, Huawei, Fujitsu, etc. que crean los dispositivos, sensores, equipos de red… al igual que las modistas confeccionan los vestidos. Además, hay que destacar el papel de un nuevo actor: las start-ups tecnológicas, es decir, esos nuevos diseñadores que irrumpen en el mundo de la moda con novedades geniales, en este caso, con apps o aplicaciones de lo más útiles. Algunos ejemplos de nuevos negocios impulsados por Wayra, la aceleradora de Telefónica: GreenMomit, para regular la temperatura de casa con un termostato inteligente que permite reducir la factura de energía hasta un 20 por ciento, o SmartTaxi, una comunidad de taxistas que comparten información para conseguir más clientes.
En el backstage también encontramos entes de gestión de residuos, riego de parques y jardines… Siguiendo con nuestro símil con un desfile, se asemejarían, por ejemplo, a los hilos, los botones y las tijeras, imprescindibles para fabricar los trajes de modo óptimo. ¿Quién toma las decisiones en torno a la smart city y los servicios TIC, invierte en ellos, pide mejoras, analiza su impacto…? La ciudad, es decir, el Ayuntamiento. En el mundo de la moda, podría ser la firma o empresa que a su vez ha contratado a un diseñador.
Y el ecosistema sólo tiene sentido si hay ciudadanos que puedan disfrutar de las ventajas que implica vivir en una ciudad inteligente (los asistentes al desfile o los que compran la ropa). En este caso hay que pensar en la población actual y futura y en sus necesidades porque en 2050 se concentrará en las urbes el 70 por ciento de la misma, y en la actualidad ya suman entre el 60 y el 80 por ciento del consumo global de energía.
Por último, del mismo modo que la moda se relaciona con el mundo del cine o la literatura, el ecosistema interactúa de modo muy intenso con otros sectores y actores implicados en la provisión de servicios para una smart city, es decir, empresas de transporte, utilities, construcción…
¿Qué opinas de todo este ecosistema? ¿Puede tu empresa participar en él? Podemos debatir al respecto en Twitter (@Tef_green) y en la III ITU Green Standards Week(GSW) que se celebra la semana que viene en Distrito Telefónica (la inscripción es gratuita).
Los organizadores de esta semana green – la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y Telefónica– han tratado de reflejar en ella el ecosistema TIC comentado, de modo que podrás pasear de verdad por ese backstage.
Puedes seguir las jornadas en Twitter a través del hashtag #GSWMadrid.

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